II
De aquellos generales salió un retoño impío, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco.
Había estado en Roma como rehén, y comenzó a reinar el año ciento treinta y siete de la era de los griegos.
Por entonces surgieron israelitas apóstatas que sedujeron a muchos diciendo:
-Pactemos con los pueblos de alrededor, pues desde que nos hemos separado de ellos nos han venido muchos males.
Les pareció bien la respuesta,
y algunos del pueblo fueron a ver al rey. El rey los autorizó a seguir las costumbres paganas
y, siguiendo dichas costumbres, edificaron un gimnasio en Jerusalén,
disimularon la circuncisión, abandonaron la alianza santa para asociarse a los paganos y se vendieron para hacer el mal.
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